Bueno, pues aquí estamos. No me lo esperaba ni yo, pero mira, cosas que pasan. Es que hoy he fumado. Un peta. Porque sí, porque he empezado mis vacaciones de limpiar. Una semana antes estoy ansiosa por limpiar. En el momento de comenzarlas esos impulsos desaparecen, y me sube un sentimiento de injusticia que hace que me rebele. Pues no me da la gana. Todos los días hago un poquito, pero nada de jornadas maratonianas, con calma.
Y hoy he fumado. Para que parezcan vacaciones en algún momento. Y me he parado a pensar que ya no pienso. Tengo mis ideas, más o menos seguras, pero no me paro a analizarlas, ni mantengo ningún discurso interno, no tengo interés, vamos. Y me he preocupado.
Lo que a mí me hace la maría es hacerme pensar. Pone mi cerebro en funcionamiento, y da la impresión de que el resto del tiempo estás dormida, porque en este rato tu mente ha ido a mil por hora. Como la peli de Bradley Cooper, Sin límites. A mí me hace eso. Pero sólo es interesante cuando fumas esporádicamente. Imagínate todo lo que te he dicho, pero todo el rato. Que cada cosa que lees o escuchas o ves te haga pensar, te genere todo tipo de ideas, de opiniones, de dudas... Agotador.
Entonces fumar bien si es de forma esporádica. Pero, cómo me hace sentir pensar que vivo como dormida, inalterable, en la distancia de la cotidianidad, como si el resto del mundo no fuese conmigo. Pues ahora mismo, bien.
Y después de pensar en todo esto me he asegurado a mí misma que otra cosa que tienen los petas es que te dejan bastante relajado, así como sin ganas, y que iba a ser incapaz de escribir sobre el tema. Pero lo he conseguido. Así que tampoco me fío mucho de todo lo que he pensado antes. Ya se sabe lo que hacen las drogas.
Un saludo